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Promover una alimentación sostenible y saludable de manera práctica, accesible y consciente.
Basándonos en los grandes desafíos de una alimentación sostenible, esperamos que puedes encontrar soluciones y respuestas a tus dudas y ganas. ¡Buen provecho!
El primer número que se presenta en el largo código inscrito en cada huevo tiene un valor muy importante. Indica en qué condiciones han sido criadas las gallinas y por lo tanto cómo podemos elegir una producción más respetuosa del bienestar animal. Responde a unos criterios definidos y vigentes en la producción agraria, tanto aquí en Cataluña como en toda Europa.
El objetivo que lanzamos: Consumir solo huevos 0 y 1 y evitar el 2 si puede ser. Prohibir la producción en jaulas (núm 3) que representa ser un sufrimiento inaceptable para las gallinas (menos de una hoja A4 por gallina).
El despilfarro alimentario medio es de 34 kg/año por habitante en Cataluña. Según datos a nivel español, un 40% (en particular los jóvenes de 25 a 34 años, ¡muy mal!) de la población sigue confundiendo estos 2 conceptos.
Vamos, que quede bien claro:
¿Ahora sabes que hay productos que (casi) nunca caducan?
Nos gusta poner “responsable” entre comillas porque nos suena siempre un poco pretencioso. Pero no es el tema. Lo que nos importa aquí es poder identificar rápidamente los sellos habituales cuando nos vamos de compra.
Esos sellos, con unas normativas claras, reguladas y un control regular (aunque mejorable), nos ayudan a garantizar un consumo más respetuoso del medio ambiente, de lo(a)s trabajadore(a)s y de los animales.
Ojo, no consideramos los sellos como la panacea, no son del todo ejemplares, y como consumidor tenemos que guardar siempre una mirada crítica. Además, hay productores que trabajan “bien” sin sellos. Pero, si no tenemos más información y garantías, es muy recomendable fijarse en ellos (Ojo no en los falsos sellos o iconos inventados por ciertas marcas que no garantizan nada).
Existen también programas voluntarios de sostenibilidad como UTZ o Rainforest Alliance, que, por ser privados, nos piden estar más atentos aunque son interesantes. (tienen normas menos contundentes y suelen comprar a los productores a un precio más bajo, como con el café por ejemplo).
En nuestro sistema actual, los alimentos acumulan kilómetros entre su lugar de producción, transformación y distribución.
Cambiar a un modelo de más proximidad no es solo importante para luchar contra el cambio climático, sino que nos asegura una mejor soberanía alimentaria.
Además, consumir localmente y de temporada nos proporciona alimentos más frescos, nutritivos o sabrosos y permite contribuir a la economía de nuestro territorio.
Eso si, mucho mejor si apoyamos a los pequeños productores y comerciantes, que son los que realmente aportan más vida y diversidad a nuestros campos y ciudades.
Buscar siempre productos que estén producidos lo más cerca de dónde vives. Hasta 250 Km a su alrededor es lo que se considera un consumo local. ¿No se produce en Cataluña? Apliquemos la misma regla (preferir un aguacate de Andalucía o uno de México por ejemplo).
Tener a la vista un calendario de verduras y frutas de temporada de Cataluña. En la cocina y/o el móvil. ¡Explorar y cocinar cada temporada de mil maneras!
El incremento de la producción suele bajar los precios de los productos de temporada (el tomate en agosto es más barato que en enero). Hay que aprovecharlo.
Si, la carne está íntimamente ligada a nuestras culturas, tradiciones y… a nuestro paladar.
Pero no. El sistema que lo sustenta y las cantidades que ingerimos no son sostenibles.
Todas las personas expertas en alimentación saludable y sostenible nos lo recuerdan, gritan: reducir su consumo permite claros beneficios para la salud y corresponde en una de las acciones más importantes que podamos tomar para reducir nuestras emisiones de co2 y luchar contra el cambio climático.
Nuestro otro reto es de pasar de una producción intensiva mundializada que busca el coste más bajo, a una modelo extensivo. Comer carne barata tiene demasiadas repercusiones sobre el medio ambiente y el bienestar animal.
En definitiva, es esencial volver a la verdadera dieta mediterránea, esencialmente basada en proteínas vegetales.
Asegúrate que la carne es de proximidad, eco de preferencia, y que el ganado ha sido alimento con un pienso local, catalán, español (o europeo). Exige lo mismo cuando vas al restaurante.
Pasa a una dieta flexitariano, empezando desde 4 comidas/semana con carne para llegar a 1 o 2 comidas/semana.
Consideramos que hay que cambiar el chip y asumir de pagar más para consumir una carne de mejor calidad y más respetuosa del medio ambiente. Pero como consumiremos menos carne, podremos equilibrar las cuentas hasta ahorrar.
Quién no ha visto un día esos números que tanto nos chocan. Son millones de kg que deberían alimentarnos, especialmente a los que más lo necesitan, son millones de euros y de esfuerzos tirados a la basura, y son otros muchos que emiten CO2 a la atmosfera. El problema abarca tanto a los productores, los distribuidores como a los consumidores.
Como ciudadanos, tenemos entonces un gran papel: a Cataluña, seguimos tirando una media de 35Kg/año/persona, una comida a la semana aprox., lo que nos da cierta margen de mejora…
Ahora, es cierto, toca remodelar ciertas costumbres: vidas muy ocupadas que nos empujan a llenar demasiado el carro, una valoración excesiva del producto relacionada a su precio, tipo “no pasa nada, si vale 50 céntimos”, etc. Pero es totalmente a nuestro alcance.
Además, luchar contra el desperdicio nos invita, ¡como grandes cocinero(a)s que somos!, a explorar los alimentos al 100% (hojas, tallos, etc.).
Tener claro la diferencia entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente. Ver les 3 acciones básicas más arriba. Te lo explicamos.
El acopio excesivo es obviamente la razón principal de nuestros desperdicios. Pero combinar un inventario regular de lo que tenemos con unos rincones dedicados en la nevera y en su despensa para aquellos productos que consumir en prioridad, nos ayudará a controlar esos desperdicios. Y ya lo sabemos, hay que cuidar sobre todo las frutas y verduras.
Solo hay beneficios, por supuesto. Además, aprendiendo a cocinar los productos al 100% te permitirá ahorrar aún más.
Prohíbe los huevos nº3 de tu alimentación. Ver les acciones básicas más arriba. Te lo explicamos.
La producción industrial de aves y cerdos es seguramente de las más preocupantes con respecto al bien estar animal. España y Cataluña, lideran el mercado del cerdo en Europa. Además de bajar su consumo general de carne, os recomendamos comprar cerdo y pollo desde una agricultura EXtensiva (como el pollo de corral) y/o certificada ecológica.
Consideramos que hay que aceptar pagar más para la proteína animal. La industria basada en el precio siempre más bajo ha creado un sistema insostenible y muy criticable con respecto al cuidado animal. Es tiempo de revertirlo.
Por no usar pesticidas de síntesis, la producción ecológica contribuye claramente a preservar la biodiversidad.
Explorar las múltiples variedades que existen de verduras y frutas. Comprar o reclamar a sus comerciantes por los productos típicos de Cataluña y por aquellos alimentos que se han “perdidos con el tiempo”. Lo que nos puede ofrecer la naturaleza es mucho más variado de lo que nos encontramos en el supermercado.
Por comprar productos biológicos, es posible que te cueste más. Por lo demás, nada especial, ¡solo comerás más diverso y rico!
Fijarse bien que el producto tenga el sello ECO. Ver les acciones básicas más arriba. Te lo explicamos.
Es cierto, consumir biológico suele representar un sobre coste y ciertas marcas pueden aprovechar de un efecto de moda para tirar los precios por arriba. Ahora, hay que ver la producción biológica como un precio normal cuando sabemos que evitar el uso de pesticidas sintéticos reduce el rendimiento y requiere más personal en el campo (genera más empleo). Hoy en día, hay numerosos alimentos y productos bío cuya producción representa un precio cercano a lo “convencional”. Empecemos con ellos.
Los mares son ya muy explotados, sobre todo el mediterráneo. Toda la comunidad científica recomienda urgentemente un consumo más ocasional.
En la pescadería, procura que el pescado provenga de lonjas catalanas, desde barcos de pesca artesanal (salen al mar máx 24 horas, dentro de los límites del mar territorial, y con barcos inferiores a 12 metros). En el supermercado, fíjate en el sello MSC o ASC para la piscifactoría (Ver les acciones básicas más arriba. Te los explicamos.)
Es esencial preguntar a las pescaderías, ya que son varios los criterios para asegurar una pesca más sostenible. Por ejemplo, Los pescados tienen sus temporadas y muchos son ya sobreexplotados, especialmente en el mediterráneo. Otro criterio esencial, preguntar sobre los métodos de pesca (recomendamos ante todo los artes de líneas y anzuelos, así que trampas y nasas, cuando los arrastres de fondo o de vara perjudican más el medio marino).
No le afectará. Al contrario, consumir pescados menos explotados y “comerciales” suele resultar más económico.
Además de favorecer el consumo local, comprar en circuitos cortos significa prescindir de la distribución para relacionarse directamente con los productores. Aún no hay “mercado de pagès” al Poblenou pero te aconsejemos unirte a unas de las múltiples cooperativas de consumo ecológico que ya existen en el barrio.
>> VER EL MAPA
Existen también ahora muchas opciones de compra online. Te recomendamos Latavella , Arrels o Bona Terra que funciona como una app, pero hay otras opciones.
Relacionarse directamente con los productores suele permite reducir los precios. Es una de las razones por las cuales existen las cooperativas de consumo de hecho.
Tenemos la suerte de tener algunas tiendas a granel en el barrio, con una oferta variada.
>> VER EL MAPA
Haz una lista de los alimentos que sueles consumir y piensa simplemente: ¿podría prescindir del embalaje?
Las tiendas a granel representan un sector aún emergente y suelen trabajar con productos más locales, de mejor calidad o eco. Por eso, a pesar de prescindir de los envases, pueden a veces tener precios más altos en comparación con un supermercado. Os recomendamos ir probando, lo cierto es que productos básicos como la pasta, el arroz, la harina, las legumbres o los frutos secos son un buen comienzo.
Reconocer los sellos de comercio justo. Ver las 3 acciones básicas más arriba. Te lo explicamos.
Difícil tocar al nuestro dulce chocolate, pero, como no ver las numerosas críticas que recibe el sector por las duras condiciones laborales y el trabajo infantil ilegal presentes en países africanos como Costa de Marfil o Ghana (mayores productores al nivel mundial). Comprar chocolate con un sello de comercio justo reconocido protege y beneficia a las comunidades locales.
Industrias como la del café o el azúcar suelen ser punto de mira por sus daños ambientales o condiciones de trabajo. En el caso del azúcar, os recomendamos consumir panela, el azúcar menos refinado del mercado. Se encuentra cada vez más facilmente.
Por lo general es un poco más caro que los productos “convencionales”. ¿Pero como hablar de sobrecoste cuanto se trata de retribuir los productores a un precio justo, que les permite vivir decentemente de su oficio? No hay punto de comparación.
Reduce los productos cuya lista de ingredientes incluye nombres que no tendrías en casa (jarabe de glucosa-fructosa, proteínas hidrolizadas, almidón modificado, dextrosa en polvo, etc). En general, evita las listas de ingredientes demasiado largas (no más de 4 o 5 ingredientes).
El uso de muchos aditivos en la industria alimentaria es un tema amplio y complejo. Sin embargo, como principio de precaución y en vista de ciertos estudios científicos relacionados con el aumento de alergias, intolerancias, desarrollo de cánceres, etc., se recomienda evitar los siguientes aditivos (lista NO exhaustiva):
¡Nada especial, solo comerás más sano!
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