La palabra monitora ya se queda corta, tendría que ser educadora

Entrevista a Anna Martínez, responsable del comedor de la escuela La Llacuna del Poblenou.

GUST: El comedor escolar es un espacio educativo con una función fundamental en el desarrollo físico y psíquico del alumnado y para fomentar una alimentación equilibrada y saludable. ¿Nos puedes explicar cómo está organizado el comedor y cómo trabajáis la educación alimentaria?

Aquí en la escuela llevamos unos años trabajando la alimentación saludable dentro del marco que indica la Generalitat en su Guía de Salud alimentaria de las escuelas, y seguimos estrictamente lo que dicen. Si, por ejemplo, dice dos días de legumbres a la semana, ponemos dos días de legumbres, todo el tema de las verduras, de la fruta, máximo un yogur a la semana, todo esto lo tenemos que seguir siempre. Además, casi todos son productos de proximidad, de kilómetro 0, o sea, que cuidamos mucho también la sostenibilidad.
Nos preocupamos de que cada alumna y alumno tenga un buen acompañamiento. Somos más monitoras de lo que tocaría por ratio. Por ejemplo, se sirven solos a partir de P4, lo que facilita que el monitor no sea un camarero. Fomentamos valores como el respeto, les animamos a que prueben todos los alimentos, sin obligación, o les enseñamos a comportarse de manera educada, como sentarse correctamente en la silla. La palabra monitora, para mí, ya se queda corta, tendría que ser educadora. Trabajamos muchas más cosas que antaño.

¿Dónde se elabora la comida?

In situ, tenemos una cocina y cada día, desde las ocho de la mañana, se prepara la comida.

¿Cómo trabajáis el tema de la sostenibilidad? ¿Tenéis productos de proximidad en vuestro comedor?
Sí, trabajamos con diferentes proveedores. La fruta es de Girona o de Lleida, alrededor del 80-85% de proveedores son de Cataluña. La empresa que lleva el comedor se encarga de buscar los proveedores.

¿Hay algún alimento que los peques tienen más dificultad para comer? ¿Por qué?

Sorprendentemente en este centro, y lo digo también porque llevo muchos años en el ambiente, los alumnos comen de todo. La verdura, que a veces es muy tabú, no genera problemas. El brócoli, la coliflor, la judía tierna, las hortalizas en general o las legumbres, sobre todo cuando están estofadas, se comen muy bien. A lo mejor te diría el pescado, porque viene congelado y a veces suelta más agua. ¡Está rico, eh!, pero qué decir, ¡a mí tampoco de niña me gustaba.

¿Y qué comen con más facilidad?

La carne, siempre, y la pasta, la que sea. Aquí ponemos salsa optativa, nosotras las ponemos en la mesa y las criaturas que quieren se la sirven en el plato.

¿Cómo trabajáis o abordáis la inclusión? (respecto a diversidades, alergias, religión, necesidades especiales)

Todo lo que nos llega a nosotros de carne (Gust: menos el cerdo), ya viene cortado Halal*. Comemos Halal, por lo que nos ahorramos tener que hacer dos platos. El día que hay cerdo, se les cocina pescado o una tortilla, por ejemplo. En cuanto a las alergias, tenemos una tabla en cocina para las monitoras que yo voy actualizando. Entonces, esos platos son filmados con una película y una etiqueta con el nombre de quien tiene la alergia. Somos 5 monitoras que atendemos al alumnado con necesidades especiales en cualquier momento.

*Nota Gust: “Halal” significa en arabe: lícito o permitido. Anna se refiere a la carne ─ vacuno, pollo, cordero, etc., menos el cerdo que no come el alumnado musulmán ─ que ha sido producida y procesada de acuerdo con principios religiosos y de bienestar animal.

¿Para ti cuál es la manera más eficaz para que las criaturas sean conscientes de que hay que tener una dieta equilibrada?

Para mí es fundamental el día a día. Cada mes compartimos el menú con cada clase.
Tenemos un espacio de valoración cada viernes para valorar y planificar la semana siguiente, y fomentamos que haya un intercambio de opiniones, porque al final siempre se puede adaptar y mejorar y el alumnado es el más constructivo del mundo.

Es importante que desde pequeños crezcan con esta conciencia de tener una dieta equilibrada.

¡Muchas gracias, Anna!

Nota: La escuela La Llacuna tiene la particularidad de que cada día sugiere un menú para cenar.

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